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La muerte, el despertar y renacimiento

Actualizado: 16 feb 2021

Hoy les quiero compartir mi año, el año en el que morí y resucité. Lo que les contare es para aquellos que atraviesan un desierto que parece no tiene fin. Solo les diré que todo gran personaje en la historia paso por un desierto antes de encontrar su destino. Los que no lo comprenden lo llaman mala suerte, pero para aquellos que se quiebran y continúan sin saber si algún día tendrá fin este desierto, nosotros lo llamamos “el despertar” y esta es la historia de cómo morí, desperté y luego renací.


Apenas había cumplido los 29 años y sentía la presión del mundo sobre mí, solo un año más y sentía que tenía que darle cuentas al mundo sobre la valía de mi existencia. ¿Y que hice? Me prometí ser mejor y demostrarlo, me volví disciplinado, ahorrador, estudioso y sobre todo trabajador. Realice un plan de 10 años de lo que quería llegar a ser y cumplirlo. Pensaras que no tiene nada de malo lo que hice, pero en realidad sí lo fue. ¿No te ha pasado que haces todo bien y termina saliéndote todo mal? En mi caso fue así. Sucede que cuando te determinas a crecer, los planes que tienes no están alineados a los de tu corazón o el universo y esto implica, un árido, solitario y doloroso desierto.


Mi desierto fue primero perder todo sustento económico en tan solo un día en personas que nunca me amarían, luego perdí mi salud física, mi condición fue mal diagnosticado y por consecuencia empeoró lo que me llevo a una cirugía en la que por poco pierdo la vida y despertando al día siguiente de la operación con un pedazo de intestino fuera de mi estomago como nuevo modo para evacuar. No te mentiré, pensaba que era una horrible pesadilla y que en cualquier momento despertaría, pero pasaron los días y me di cuenta de que era muy real.


Los días de recuperación fueron horribles, fueron dolorosos, llenos de ansiedad y la perdida de toda autonomía. Había días que lloraba porque la independencia en la que tanto me sentía orgulloso como signo de adultez y hombría, me fue arrebatado. Mi vulnerabilidad fue expuesta y con eso mi falso valor auto percibida.


Luchaba para seguir vivo. Entonces un día en la oscuridad de mi habitación me pregunté ¿Por qué Dios me había dejado vivir? ¿Cuál era mi propósito en esta vida? Apenas estaba moribundo por mi recuperación con ataques de pánico por la noche y toda fortaleza mental que había ganado con el desarrollo personal y años de terapia hecho trizas. Ya no me sentía fuerte, ni física ni mentalmente. Estaba decepcionado del pensamiento positivo, desarrollo personal y todo lo que derivaba de eso.


Los siguientes 3 meses me encerré en mi habitación, endeudado y más solo que nunca. Pero querido lector, eso es lo que hace todo desierto, te obliga a sacar Yo superior cuando estas arrinconado, mueres o vives para lo fuiste concebido. Eso me paso en mi segunda operación para reconectar mis intestinos, aunque la operación fue exitosa, yo perdía mucha sangre los siguientes días, el dolor no cedía y pensaba a veces que era mejor morir que seguir soportando el dolor físico. Entonces el tercer día después de la cirugía, estado en una situación crítica, clame a Dios sanidad, proclame victoria y afirme con todo en contra que era sano. Me imaginaba siendo el ganador de una carrera, decretaba salud y caminaba en el hospital levantando el suero con la mano derecha y diciendo que era mi bandera de victoria. No negare que dolía caminar, pero mis deseos de sanar eran mas grandes. En la ducha gritaba que era la perfecta manifestación de la salud hecho hombre. De pronto sucedió un milagro, me recupere drásticamente, los médicos quedaron impresionados. El dolor dejo de ser un problema y fui un milagro médico.


Comprendí el por qué pase por ese desierto, todos tenemos un poder ilimitado, un poder que le dirá a cualquier monte que se eche al mar o cure lo incurable. Querido lector, solo te digo que solo así interiorizamos conocimientos tan antiguos como verdades espirituales tan profundas.


Te deseo lo mejor para tu propio desierto y espero de corazón que mi historia te sirva como agua en el oasis en medio del desierto para que continúes caminando y llegues a tu propio despertar.


"El que no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios" Jesús de Nazaret.




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